miércoles, 7 de septiembre de 2016

Mis vecinos del portal independentista

Me he decidido a escribir este pequeno relato, al que considero una alegoria que el que quiera, y pueda, sabra entender.
 Vivo en una pequeña capital de provincias, en la periferia, aunque no en los suburbios, en una pequeña urbanización con varios portales de un edificio con unos 140 vecinos. lindamos con varias urbanizaciones de viviendas unifamiliares, y varios edificios, algunos aún mas grandes que nuestra urbanización. Nuestra convivencia es normal, intentamos ponernos de acuerdo en la mayoría de los asuntos, aunque como seres humanos que somos, cada uno tiene sus propios puntos de vista e intereses, que a veces deben ceder ante los deseos de la mayoría. En este ambiente de convivencia, a veces tensa, debido a que a veces no se cumplen nuestros deseos y debemos dar nuestro brazo a torcer, se esta gestando una tragedia. Mi vecino del portal número cinco ha decidido convertir su portal en un unifamiliar, y nos ha solicitado muy cordialmente dejar de pertenecer a nuestra comunidad de vecinos. nos ha explicado con todo lujo de detalles que los lazos que le unían al resto de los vecinos se han deteriorado, que ve injusto que su piso, uno de los de mayor tamaño, pague mucho mas que otros de un tamaño similar, que no aguanta los ruidos de los otros pisos, que la limpieza de las zonas comunes deja mucho que desear, que le parece injusto que tenga que pagar el mantenimiento de una pista de padel que no utiliza, y así una retaila de cuestiones. Tras una reunión de la comunidad en la que algunos vecinos increparon su actitud y le expusieron con vehemencia la imposibilidad legal de sus aspiraciones, el nos expuso sus puntos de vista, y nos sorprendió con el hecho de que la mitad mas uno de los vecinos del portal le apoyaban y habían decidido convertir dicha planta en una suerte de urbanización de unifamiliares, el resto del mismo portal se opuso a ello y nos comunicó su intención de seguir en la comunidad. Yo, por mi parte, he intentado a titulo individual, convencer al vecino de lo insensato de sus aspiraciones, le expuse la imposibilidad de romper lazos con el resto de la urbanización, ya que muchas de las zonas comunes que el usa y que le son necesarias para acceder a su vivienda, recibir suministros de agua, luz, otras necesidades como seguros de incendio comunes, uso de cocheras, piscina, zona de juegos,...... ante esto, el vecino se ha encastillado aún mas en sus posiciones, ha buscado ayuda legal, y tras esto se ha convencido de que existe un derecho que le asiste a poder recibir sus suministros básicos a través de la red que suministra a la comunidad de la que quiere desligarse. La comunidad de vecinos ha acudido al Ayuntamiento, el cual nos ha explicado que no existe cobertura legal para lo que pretenden nuestros vecinos y que en el caso de que consumen su decisión, se puede ir a los tribunales para impedirlo. A nuestra pregunta acerca de qué medidas podemos tomar para impedir que esto se consume, la respuesta ha sido que presentemos una denuncia ante un Juzgado, que la tramitará positivamente por supuesto, y que el Ayuntamiento no dará autorización legal a la segregación de ninguna manera. Ante nuestra insistencia acerca de si existen medidas más contundentes acerca de si se nos impide el paso por el portal para acceder al tejado o terrazas comunes para poder instalar o reparar algo, la respuesta ha sido poco convincente: "La situación hasta ahora no ha ocurrido, no adelantemos acontecimientos...." . Lo cual nos ha generado gran desasosiego. Por su parte, los vecinos del portal independentista se han organizado y han empezado a hacer valer sus derechos, protestan continuamente por todo, alegando lo escrito en los estatutos de la comunidad, y aduciendo que sus derechos se conculcan continuamente, en fin, haciendo la convivencia imposible. La última acción ha sido dejar de pagar la comunidad, y destinar el dinero a hacer proselitismo de su causa en los medios de comunicación, comprando publicidad y desplegando pancartas en sus balcones con lemas alusivos a la opresión que sufren. Los vecinos del barrio nos miran con desdén y piensan que algo raro sucede en nuestro edificio, aunque tras explicarles la situación, la mayoría nos apoya, con alguna excepción. Mientras todo esto sucede, nuestra comunidad está convertida en un caos, han surgido voces que dicen que les cortemos los suministros básicos que no pagan, que tapiemos el acceso de las escaleras comunes al portal independentista, y otros que proponen todo lo contrario, concederles lo que desean con tal de que nos dejen vivir en paz. Pero la situación ya es alarmente, debemos renovar los seguros de la urbanización y en esta situación las zonas comunes no nos las aseguran, ya que los vecinos independentistas no lo permiten para presionarnos, no podemos usar la piscina, ya que para ello tenemos que usar las llaves de paso que casualmente están en el portal independentista, sólo vemos los canales de televisión que los del portal independentista quieren ver, ya que el acceso a las terrazas y tejados es por ese portal, y los técnicos que los manipulan sólo son los que ellos llaman. La convivencia es insostenible  y evidentemente acabará mal. La última ocurrencia del portal independentista es crear una puerta de acceso al portal desde la calle, a través de un bajo comercial, no han pedido permisos al Ayuntamiento para hacer las obras, ya que saben que no se lo concederán, como tampoco el hacer un acceso al garaje comunitario, ya que para ello tienen que pedir permiso a otros bajos comerciales para poder hacer la obra, cosa a la que se han negado, pero en el proceso se han gastado tanto dinero que los vecinos del portal independentista se han tenido que endeudar fuertemente, y han tenido de reducir su nivel de vida. A estas alturas de la película no sé quien tiene razón o quién no la tiene, pero lo cierto es que de entrada todos vamos a salir peor parados. El tiempo nos dirá que futuro nos espera si se confirma la segregación o si nos adaptaremos a ella.

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