lunes, 11 de julio de 2011

Economía de guerra farmacéutica

Sí señores ya ha llegado la tan temida crisis con sus peores consecuencias a la Sanidad española. Era normal que así ocurriese ya que tras bastantes años de crisis, con las aportaciones de los activos haciendo aguas, y cada vez más demandantes de prestaciones gratuítas, el sistema se tenía que hundir antes o después, pero pronto sin ninguna duda. Nuestros pacatos políticos de todas las tendencias no se dan cuenta, o no quieren darse cuenta, de que el actual modelo se ha ido al traste por falta de financiación, es un monstruo insaciable que todo lo engulle sin ningún control. En un último esfuerzo por mantenerlo tal como era, están desangrando a los proveedores de recursos sanitarios, creando una montaña de impagados que hundirán más si cabe a la economía nacional, ya que liquidarán a la mayoría de las pequeñas y medianas empresas que prestan sus servicios a la Sanidad Pública. Entre estas empresas que están a punto de ser liquidadas están las Oficinas de Farmacia privadas, que el Sistema Sanitario español utiliza para la distribución a los pacientes de los medicamentos que son prescritos por los facultativos funcionarios de dicho Sistema.Como las demás pequeñas empresas, están sufriendo impagados que dadas las pequeñas dimensiones de las farmacias, provocarán su quiebra en pocos meses. La Administración, fiel a su lema de "mantenella y no enmendalla", no se plantea medida alguna para garantizar que la población tenga acceso a los medicamentos, de hecho ni reconoce si quiera que haya ningún problema. Si la Adminsitación Pública, ya sea nacional o autonómica, tuviera el más mínimo atisbo de inteligencia, instauraría desde ya mismo una política de Economía de Guerra en la Sanidad. Pero, ¿en qué consiste esta? Pues muy sencillo, en establecer mecanismos que ajusten los sevicios a lo que se puede pagar. Para realizar esto en lo que es la prestación farmacútica, hay que tomar medidas duras y drásticas. Las que yo propongo son las siguientes:
- Rebaja del margen farmacéutico a un 20%.
- Implantación de la receta electrónica única en todo el SNS. Con control restrictivo de la dispensación de medicamentos en cantidades ajustadas a las características de cada grupo terapéutico y principio activo,  y patología diagnosticada.
- Exclusión del sistema de recetas de pensionista a todos los jubilados con ingresos superiores a los 15.000 euros al año. Aportación variable para estos, desde un 40% para las rentas tope, a un 20% para los cercanos a 15.000 euros/año.
- Implantar el pago por receta de pensionistas de 50ct. por receta, para todos los pensionistas de ingresos inferiores a 15.000 euros/año. Este pago se recaudará íntegramente para el SNS.
- Eliminación de los medicamentos EFP, y creación de dos tipos de especialidades: Con Receta Médica y Sin Receta Médica.
- Creación de una clasificación por grupo terapéutico, principio activo y forma farmacéutica en la que obligatoriamente estén incluídos todos los medicamentos autorizados para su financiación por el SNS.
- Prescripción obligatoria por principio activo y forma farmacéutica, no reconociéndose la prescripción por nombre comercial salvo casos muy específicos y concretos, definidos en una orden de rango nacional. Cualquier prescripción por nombre comercial no incluída en la orden anterior será considerada como por principio activo.
- Financiación selectiva de principios activos y formas farmacéuticas, de tal manera que puedan quedar fuera de la financiación algunos de éstos. Ya sean principios activos o ya sean formas farmacéuticas concretas de estos.
- Precio fijo por grupo de principio activo y forma farmacéutica. Por el que se le va a pagar al farmacéutico igual en todo el SNS.
- Absoluta libertad de elección de marca comercial por parte del farmacéutico en la dispensación del principio activo y forma farmacéutica recetado. Con la salvedad de los referidos en la orden anteriomente citada.
- Absoluta libertad de contratación, descuentos y adquisición de medicamentos por parte de los farmacéuticos.
- Creación de grupos de equivalentes terapéuticos,de entre los que se seleccionará principios activos con formas farmacéuticas cabecera de grupo. Estos se utilizarán en la sustitución terapéutica cuando se determine el tratamiento más costo efectivo por parte de la Administración Sanitaria. La Administración sanitaria determinará en qué grupos terapéuticos se aplicará esta norma.
- Prescripción controlada por especialista de ciertos principios activos, con regulación de dispensación específica y reevaluación de su indicación programada en el tiempo.
- Establecimiento de escalafones de capacidad de prescripción a los facultativos de atención primaria, que restrinjan su capacidad de prescripción de determinados medicamentos según el escalafón asignado al prescriptor.
- Pago a las Oficinas de Farmacia por actos relacionados con la dispensación, independientemente del valor del medicamento dispensado. Entre estos, por colaborar con la Administración en programas sanitarios específicos. Por la realización de Atención continuada, léase Guardias. Por seguimiento farmacoterapéutico de medicamentos de reciente comercialización. Por control de los medicamentos desechados por los pacientes, caducados o no. Etc...

Con este tipo de medidas, entraríamos en una economía sostenible en el gasto farmacéutico en breve plazo.

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